Las heridas que un padre o una madre pueden causar en sus hijos tienden a marcar profundamente su desarrollo emocional, su autoconcepto y la forma en que se relacionan con el mundo a nuestros hijos.
Veamos más a fondo:
1. La herida del abandono (padre ausente o emocionalmente distante)
Por qué ocurre:
El padre puede estar físicamente ausente (abandono literal).
Puede estar presente pero emocionalmente desconectado (no expresa afecto, no escucha, no valida).
Algunas veces, repite patrones que él mismo vivió sin haberlos sanado.
Cómo afecta al hijo o hija:
Sentimiento de no ser suficiente: “Si papá se fue, es porque no valgo.”
Inseguridad emocional: Dificultad para confiar en los demás y miedo al rechazo.
Carencia de dirección o identidad: El padre representa la estructura, la fuerza, el “hacer”, y su ausencia puede dejar al hijo sin una guía clara.
Relaciones afectivas complicadas: Tendencia a buscar aprobación o depender emocionalmente.

2. La herida del rechazo (madre crítica, controladora o poco afectiva)
Por qué ocurre:
Puede estar ligada a sus propias heridas no resueltas (depresión, baja autoestima, frustraciones).
Algunas madres proyectan en los hijos lo que no han podido sanar en sí mismas.
También puede ser por circunstancias externas: estrés, pobreza, violencia, abandono de su pareja.
Cómo afecta al hijo o hija:
Autoestima dañada: La madre es la primera figura de apego, y si rechaza, el niño siente que su existencia misma está mal.
Hipervigilancia emocional: El hijo aprende a leer el entorno para evitar ser rechazado.
Autocensura: “No debo mostrar cómo soy para que no me rechacen.”
Ansiedad y perfeccionismo: Quieren “ganarse” el amor, creen que deben ser perfectos para merecer afecto.
La combinación de ambas heridas
Cuando hay rechazo materno y abandono paterno, los efectos pueden ser más profundos:
Confusión de identidad.
Sentimiento de vacío existencial.
Miedo profundo a la intimidad.
Dificultad para autorregularse emocionalmente.
Sanar estas heridas
Es posible, aunque requiere:
Reconocer el dolor, validarlo.
Distinguir que el rechazo o abandono no fueron culpa del niño o niña.
Reparentalización (autocuidado interno).
Terapia psicológica, prácticas como meditación, escritura emocional, vínculos saludables.
Rsantos