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Soñar en grande no es una locura, es un acto de valentía. Porque cuando uno se permite exagerar sus sueños, también se obliga a ampliar sus límites, a desafiar sus miedos y a mirar más allá de lo que otros consideran posible.

Soñar en grande no se trata de vivir en la fantasía, sino de construir una visión tan poderosa que te despierte cada día con hambre de avanzar. A veces los sueños exagerados son los únicos capaces de empujarnos fuera de la zona cómoda, donde realmente empieza la transformación.

THINK BIG

Yo no quiero sueños tímidos, quiero sueños que me den vértigo, que me exijan fe, disciplina y coraje. Quiero imaginarme más allá de lo que hoy entiendo, porque sé que en ese exceso está la semilla del cambio. Así que sí, si voy a soñar, que sea en voz alta, con fuerza, con detalle… y que parezca imposible, porque lo imposible me inspira más que lo fácil.

Y si me toca caer, que sea mientras intento volar alto. Porque en ese vuelo exagerado, también está la versión más auténtica y poderosa de mí.

Escrito desde el alma, con los pies en la tierra y los ojos en el cielo.

Rsantos